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martes, 30 de noviembre de 2010

Bases Metodológicas

Como los sistemas educativos, las metodologías son un producto de su tiempo y tienen sus raíces en las ideas de la época. A continuación expongo de forma resumida las diferente metodologías que se han utilizado hasta nuestros días:

En el siglo XVII las lenguas vernaculares europeas empezaron a tener una importancia creciente y pasaron a desempeñar un papel social como lenguas de comunicación cotidiana. 
A finales del siglo XVIII surgió en Prusia lo que se conoce con el nombre de Método Gramática-Traducción o método tradicional, heredero de la enseñanza formal del latín y el griego. Los libros de texto consistían en la exposición de reglas gramaticales abstractas, listas de vocabulario y oraciones para traducir desde y a la segunda lengua (L2). El objetivo primordial de este método era el desarrollo de la competencia en la comprensión lectora y en la expresión escrita (orientado al acceso a la literatura). El estudiante debía aprender de memoria las reglas gramaticales y las excepciones. El vocabulario se seleccionaba a partir de los textos de lectura y se presentaba en largas listas bilingües. El profesor era la figura más importante en el aula y perseguía la precisión gramatical y léxica, por lo que se le daba mucha importancia a la corrección del error, mientras que el alumno adoptaba un papel pasivo.
El resultado era una lengua artificial y literaria, no se trabajaban las destrezas comunicativas.

A finales del siglo XIX, algunos lingüistas europeos, como Sweet, Viëtor y Passy, defendían un enfoque más pragmático y comunicativo de la lengua. Se empezó a dar más importancia al estudio de la lengua hablada y de la fonética, al uso de textos de conversación y diálogos y se potenció el desarrollo de las cuatro destrezas: comprensión auditiva y lectora y expresión oral y escrita. Consideraban que la reglas gramaticales debían enseñarse después de que los alumnos hubieran practicado los aspectos gramaticales en su contexto (enseñanza inductiva), debía rechazarse la traducción, los alumnos debían oír primero la lengua y después verla escrita y las palabras debían presentarse en oraciones y éstas en contextos significativos y no aisladamente. Estas consideraciones, reflejo de los principios de la Lingüística Aplicada, pusieron las bases de lo que se llamó el Movimiento de Reforma.

A mediados del siglo XIX, las relaciones internacionales cada vez cobraban más importancia, por lo que era necesario hacer más hincapié en la habilidad para usar la lengua extranjera que en analizarla. J.S. Blackie, un profesor escocés, estableció las bases de lo que se convertiría en el Método Directo. Defendía que debía evitarse el uso de la lengua materna en clase, debía asociarse la palabra directamente al objeto y debía relegarse la gramática a una posición subordinada. Este método se fundamenta en principios de aprendizaje natural que se interesaban en observar cómo el niño aprende su lengua materna (L1): aprender a entender escuchando y aprender a hablar hablando. El Método Directo llegó a ser ampliamente conocido en Estados Unidos de la mano del empresario M. Berlitz y sus escuelas de idiomas, quien fomentaba la interacción oral y prescindía de los ejercicios de traducción y del uso de la L1. El objetivo principal era aprender la lengua de uso cotidiano. Se hacía hincapié en la comunicación oral y en la correcta pronunciación.

El Método Directo no cumplía las expectativas, por lo que se comenzó a introducir modificaciones. Esto originó el surgimiento en el Reino Unido del Enfoque Oral o Método Situacional. Sus precursores, Palmer y Hornby, intentaron desarrollar una base más científica para un enfoque oral de enseñanza del inglés, percibiendo la necesidad de adaptar el curso a los objetivos y necesidades particulares de los alumnos. Inspirados en el estructuralismo británico, consideraban que el habla era la base de la lengua y que el conocimiento de la estructura era esencial para poder hablarla. El enfoque oral defendía que las cuatro destrezas (comprensión auditiva y lectora y expresión oral y escrita) debían trabajarse por igual, aunque el énfasis se seguía haciendo en las presentaciones orales. Primero, los alumnos se familiarizaban con el sistema fónico de la L2, la cual era objeto de aprendizaje y vehículo de enseñanza (se evitaba el uso de la L1), y posteriormente se trabajaba la compresión lectora y la expresión escrita cuando se consideraba que el alumno había alcanzado una base gramatical y léxica suficiente. Concebía la gramática como los modelos oracionales subyacentes a la lengua oral y introducía las estructuras gramaticales gradualmente.

Con la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, la enseñanza de lenguas extranjeras al personal del ejército se convirtió en una necesidad urgente. Para ello se creó The Army Specialised Training Programme (ASTP), el cual combinaba técnicas de diverso métodos, como el Método Directo, medios audiovisuales y grabaciones. Los alumnos, en grupos reducidos, estaban en contacto intensivo con la L2. Este programa tuvo gran éxito, aunque no pudo aplicarse a la enseñanza secundaria, bien porque el profesor no tenía nivel suficiente o bien porque el alumnado no mostraba un nivel tan alto de motivación. Sin embargo, condujo en los años 50 al desarrollo del Método Audiolingual. Basado en el estructuralismo norteamericano, el Análisis Contrastivo y la Psicología Conductista, concebía la lengua como un sistema de elementos interrelacionados que codifican el significado. El aprendizaje de la lengua suponía el dominio de los componentes ligüísticos y de las reglas en función de la cuales se combinan estos componentes. Se otorgaba gran importancia al plano oral y, por tanto, a la pronunciación y a la repetición oral intensiva. Inicialmente, la presentación de la estructuras era oral, pues observaban cómo un niño aprende la lengua y las reglas sociales. En el aula se utilizaban diálogos cotidianos, que dotaban a las estructuras de un contexto; mímica, técnicas de memorización y trabajos en grupo. Se evitaba el uso de la L1, aunque no estaba prohibido y se corregía mucho la pronunciación, el acento y el ritmo. En las fases iniciales no se utilizaba libro de texto, sino que se centraban en escuchar, repetir y responder. Se utilizaban medios audiovisuales como el magnetófono, diapositivas, filmlets, etc. El declive de este método vino ligado con el declive del estructuralismo. La Gramática Transformacional de Chomsky proporcionó una nueva dirección a la Lingüística y a todo lo relacionado con ella, incluyendo la enseñanza de lenguas.

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